Todo ser humano tiene la
necesidad innata de ser excelente, y ese afán por alcanzar la excelencia está
directamente relacionado con la ética. Cuando se es ético, se tiene la capacidad
de auto gobernarse, de cómo ser autónomo marcar limites y poner reglas por las cuales
se desea regir la vida y de esta manera encaminar el éxito. Las personas éticas
están convencidas de que tanto ellas, con su entorno pueden ser mejor, no son
conformistas, siempre están en búsqueda de la excelencia.
Es importante resaltar que los
periodistas, como cualquier otro individuo de la sociedad poseen una ética propia,
única e individual, que aunque coincida con la de algún colega, también existe
la posibilidad de que haya divergencias. En particular, los periodistas, son individuos que están expuestos
a la rutina, condición con la cual deben combatir, pues la rutina genera conformismo,
que a sus ves crea personas mediocres. Una de las virtudes que caracterizan a
un gran periodista, es cuando este jamás se siente totalmente conforme con su
trabajo, sino que por lo contrario, considera que siempre puede hacerse mejor.
Ser ético es una decisión autónoma,
es decir, se da por voluntad propia. La ética está íntimamente relacionada con
la moral y ambas buscan que las buenas costumbres se habitúen en el día a día
del individuo. En la ética, la percepción de las situaciones debe ser individual,
se debe aborrecer todo aquello que intente amaestrar o delimitar la conciencia
a determinados patrones. Para los periodistas en ejercicio de su profesión debe
primar la ética, pues su trabajo debe estar hecho para servir al público.
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