Es la actitud filosófica contradictoria al determinismo, es decir que los acontecimientos no dependen de un proceso causal "lineal", esto es por necesidad, sino de un proceso "no lineal", esto es por azar; y por azar no es sin causas, mas por un sistema de causas no coordinadas (no lineales).
En oposición al determinismo (procesos necesitados por causas lineales), el indeterminismo niega la fuerza de la necesidad "absoluta" de todos procesos físicos y biológicos. Como el determinismo, el indeterminismo es un concepto ontológico, concerniente al ser.
Ya que el determinismo, que es siempre absoluto y global, niega libertad en las acciones humanas, el indeterminismo se extiende en el concepto antropológico de "libre albedrío". En el indeterminismo los conceptos de sistema, proceso y evento juegan un rol fundamental porque el azar es el resultado de una serie de causas no lineales (que no están relacionadas).
La defensa de la libertad suele conllevar una defensa del indeterminismo, en el sentido de que nuestras acciones y decisiones no están determinadas, sino condicionadas.
El indeterminismo ontológico admite la existencia del azar como un factor del volverse de la materia, ya que esos es una mera forma de causalidad donde las causas no son “lineales” como en el determinismo, pero “no lineales”, es decir intrincadas.. Por lo tanto, frente al determinismo, que insiste en una vinculación rígida entre causas y efectos de tiponecesitado, el indeterminismo ve también el azar como causa.
El Indeterminismo sostiene que la conducta humana no está sometida al principio de causalidad natural sino que es libre. El principio de causalidad afirma que todos los fenómenos están sometidos a regularidades invariables o leyes necesarias. A las mismas causas siguen siempre los mismos efectos.
El problema filosófico entre el Indeterminismo (existencia de libertad) y Determinismo (ausencia de libertad) supone la contraposición entre dos tipos de causalidad incompatibles: una causalidad natural por necesidad, que rige de modo inexorable los acontecimientos del mundo físico y biológico, y una causalidad por libertad, no sujeta a leyes naturales de la física o la biología, sino a fines individuales e intenciones personales que permiten la autodeterminación de la conducta humana.
Los argumentos a favor del Indeterminismo o la aceptación de la libertad humana son:
Indeterminismo psicológico. Se basa en la evidencia intuitiva o certeza inmediata de la mente de que todos somos capaces de elegir entre varias alternativas, siempre que exista la posibilidad y disponibilidad para hacerlo. La constante presentación de alternativas demuestra que somos capaces de elegir; es más, que es imposible no elegir, y por tanto somos libres, como propone el existencialismo de Sartre.
Indeterminismo ético. La aceptación de la moralidad como un hecho indiscutible supone la demostración más clara de que somos libres. La libertad de pensar y decidir moralmente es el presupuesto irrefutable de la existencia de libertad. Un tigre que ataca, un psicópata que mata, un terremoto con víctimas, etc., no son libres y sus acciones tienen muy poco mérito o demérito moral.
Indeterminismo metafísico. Toma como punto de partida la suposición de que la mente humana no está sujeta por su constitución específica a las mismas leyes que el resto de los seres naturales. La realidad física está sujeta a las leyes causales, deterministas e invariables, en tanto que la actividad mental está sujeta a la libertad e indeterminación. Una de las propiedades de la mente humana es su capacidad de pensar y decidir libremente.
Es un concepto filosófico de origen griego (de eudaimonia palabra griega) compuesto de lo bueno y la divinidad menor, que recoge esencialmente diversas teorías éticas. Tiene como característica común ser una justificación de todo aquello que sirve para alcanzar la felicidad. El principal representante entre los eudemonistas fue Aristóteles. El eudonismo considera que el principal motivo de la conducta del hombre es el anhelo de felicidad: personal, según el eudemonismo individualista; colectiva, según el eudemonismo social. También eran partidarios del eudemonismo los materialistas franceses del siglo XVIII (Helvecio, Diderot) y los representantes delutilitarismo. La ética eudemónica, por su sentido activo y por su humanismo, es incomparablemente superior a la cristiana, pues llama a alcanzar la felicidad en la tierra y no en el mundo de ultratumba. Sin embargo, el eudemonismo preconiza sus normas en calidad de reglas comunes a todos los hombres, suprahistóricas, en la sociedad const
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